This post was originally published on this site
La noticia
Según un estudio publicado el mes pasado en The Journal of the American Medical Association Pediatrics, los niños de 1 año expuestos a más de cuatro horas diarias frente a una pantalla experimentaron retrasos en el desarrollo de las capacidades de comunicación y resolución de problemas a los 2 y 4 años.
La investigación también reveló que los niños de 1 año que estuvieron expuestos más tiempo frente a una pantalla que sus compañeros presentaron retrasos a los 2 años en el desarrollo de la motricidad fina y las habilidades personales y sociales. Sin embargo, estos retrasos parecían disiparse a los 4 años.
El estudio no encontró que el tiempo frente a una pantalla causara los retrasos en el desarrollo, sino más bien que hay una relación entre un mayor tiempo de exposición frente a una pantalla con los retrasos en el desarrollo de los bebés. Según los expertos, este patrón podría explicarlo el valor del tiempo cara a cara para los niños pequeños.
¿Por qué es importante?
David J. Lewkowicz, psicólogo del desarrollo del Centro de Estudios Infantiles de la Universidad de Yale, afirmó que la interacción cara a cara entre padres e hijos es crucial para darles un valioso conjunto de información a los bebés, incluida la manera en cómo las expresiones faciales, las palabras, el tono de voz y la retroalimentación física se combinan para expresar lenguaje y significado.
“Esto no ocurre cuando estás viendo una pantalla”, comentó y agregó que no le sorprendían los resultados de la investigación.
Los hallazgos, de investigadores japoneses, se extrajeron de cuestionarios sobre desarrollo y tiempo frente a una pantalla que se entregaron a los padres de casi 8000 niños pequeños. En general, se descubrió que los bebés expuestos a mayores niveles de tiempo frente a una pantalla eran hijos de madres primerizas más jóvenes, con menores ingresos y niveles de educación en el hogar y de quienes sufrían de depresión posparto. (Se reportó que apenas el cuatro por ciento de los bebés estuvo expuesto a pantallas durante cuatro o más horas al día, mientras que el 18 por ciento pasó entre dos y menos de cuatro horas frente a una pantalla al día y la mayoría, menos de dos horas).
El estudio destacó una “asociación dosis-respuesta” entre el tiempo frente a una pantalla y los retrasos en el desarrollo: mientras más tiempo los bebés pasaban frente a una pantalla, más probabilidades había de que presentaran retrasos en el desarrollo.
¿Qué sigue?
Los autores del estudio señalaron que la investigación no distinguía entre el tiempo frente a una pantalla que tenía como objetivo ser educativo y el tiempo frente a una pantalla más enfocado al entretenimiento. Los investigadores agregaron que los estudios futuros debían explorar esta perspectiva.
Según Lewkowicz, los padres por lo regular le preguntan cuánto tiempo de pantalla es el adecuado. Su respuesta: “Habla con tu hijo lo más que puedas, cara a cara todo lo que puedas”, mencionó.
Pedirles a los padres que priven todo el tiempo de pantallas a sus hijos es poco práctico, afirmó: “Nadie le hará caso a eso. Tiene que ser con moderación. Con una fuerte dosis de interacción social en la vida real”.
Matt Richtel es un escritor y reportero ganador del Premio Pulitzer radicado en San Francisco. Se unió al Times en 2000 y su trabajo se ha centrado en la ciencia, la tecnología, los negocios y la narración de historias en torno a estos temas. Más sobre Matt Richtel